… no sabe lo carísimo que cuesta un incompetente.
Hoy quiero comentar este consejo al hilo de un hecho que nos ha ocurrido con una instalación que, tras mucho marearnos, no llegó a hacerse.
Algunos clientes solicitan presupuesto a los diseñadores profesionales y finalmente deciden no encargar la instalación.
Con el diseño en la mano, se van a buscar un albañil poco profesional que, al verse superado por la complejidad de una instalación dificultosa, desaparece o mal-termina la obra, como ha ocurrido en el caso que nos ocupa.
A continuación, el cliente abandonado, se pone en contacto con los profesionales de verdad y espera que le restauren los desperfectos.
¡Así es la vida!